VIAJE A TOKIO
Salimos para
Tokio el día catorce de noviembre. El viaje fue muy largo, volamos de Madrid a
Estambul y luego de Estambul a Tokio, unas diecisiete horas de viaje, a la ida
y diecinueve a la vuelta
La
primera impresión de Tokio fue tremenda, llegamos de noche, nos fue a recoger
el profesor que había invitado a mi padre. La ciudad era enorme llena de
impresionantes rascacielos y todo iluminado.
***El
primer día en Tokio, visitamos la estación de Tokyo, muy bonita y antigua,
desde allí fuimos andando hasta los jardines del Palacio Imperial, en la zona
de Maronouchi, y el puente Niju Bashi.
El
Palacio Imperial solo se puede ver por fuera. Los jardines eran preciosos con
una vegetación realmente exuberante.
Visitamos
la calle Takeshita Dori, una zona de compras, en la que había todo tipo de
atuendo, a cada cual más extravagante.
Más
tarde visitamos el Santuario Meiji-jingu, pertenece a la religión sintoísta. Religión
mayoritaria en Japón junto con el Budismo. A
diferencia de otras religiones como el hinduismo o el cristianismo, el
sintoísmo carece de escrituras sagradas o de fundador.
Un elemento importante de la
religión es la creencia en los kami (神), espíritus que
adquieren la forma de conceptos importantes en la vida diaria, como el
viento, la lluvia o la fertilidad. Pueden ser benévolos como Inari, o malévolos
como los tengu o
los kitsune.
***El segundo
día recorrimos medio Tokio. Primero fuimos a Akihabara, el barrio de la
electrónica, calles llenas de tiendas donde solo había equipos electrónicos,
juegos, un paraíso virtual. Más tarde, fuimos a Asakusa, donde
entramos por la puerta de Kaminarimon y recorrimos la calle comercial Najamise
hasta la puerta de Hozo-Mon. Allí visitamos los santuarios Jinja (sintoísta),
Senso Ji y la pagoda de cinco pisos.
Después
visitamos el santuario Kanda, otro templo sintoísta, el santuario Yusima Seido,
(confusionista). Catedral rusa de San Nicholai, (Religión ortodoxa). Tokio está
llena de contrastes. El Tokio más tradicional frente al Tokio más moderno.
*** El tercer día, aprovechamos
para recorrer la universidad de Sofía, por la noche tuvimos una cena. Pude observar
algunas costumbres japonesas que no comparto. El japonés y más a determinado
nivel social y económico es clasista y bastante machista. Al entrar al
restaurante, solo saludaron a los hombres. En aquella cena no había mujeres,
salvo la esposa de un americano, mi madre y yo. El restaurante era
impresionante, estaba situado en la última planta del hotel New Otani, el
restaurante iba girando lo que te daba una panorámica de Tokio impresionante. Hacían
reverencias un poco exageradas a los jefes. Desde luego son unas costumbres muy
diferentes a las nuestras. Pero en general por lo que pude ver es una sociedad
muy tradicional, anclada en el pasado a pesar de su tecnología, donde la mujer
no tiene un papel igualitario.
*** El cuarto día fuimos a ver subasta
de atunes. No pudimos verla y estuvimos vagando por el mercado y las calles
hasta las nueve de la mañana para ver la lonja. Había una variedad de pescado
inmensa y unos atunes enormes.
Después
de la lonja, paseamos por el barrio de Ginza, y pudimos ver el gran teatro de
Kabuki (El kabuki 歌舞伎 es una forma de teatro japonés tradicional
que se caracteriza por su drama estilizado y el uso de maquillajes elaborados
en los actores). Más tarde, nos fuimos a los
barrios de Roppongi y Shidome, subimos a la Torre de Tokio y visitamos el
templo funerario de Zojo –Ji (Es un templo dedicado a los niños que han muerto
o a aquellos que no llegaron a nacer).
*** El quinto día y último en
Japón, aprovechamos para visitar Kamakura. Kamakura está situada a una hora en tren de Tokio. Es
una pequeña ciudad costera salpicada de templos con atmósfera silenciosa. Por
la presencia del gobierno feudal, que tomó posesión de sus barrios en 1192,
ésta conserva hoy en día una herencia histórica de primerísima importancia.
Visitamos solo los tres templos principales que datan del siglo XII. Allí nos
bajamos en la estación de tren Kita Kamakura, y visitamos los templos Engakuji,
Kenchoji y el Santuario Tsurogaoka Hachimangu, y el museo de los tesoros
Nacionales de Kamakura.
Resultó
curioso ver a niños y a mujeres vestidas con el traje tradicional. Nos
explicaron que durante el mes de noviembre, los padres llevaban a sus hijos de
tres, cinco y nueve años vestidos con los trajes típicos para dar gracias por
criarse sanos.
Después
de comer, volvimos a coger el tren y nos apeamos en a la estación Hase, allí
pudimos ve el Gran Buda y otro impresionante templo llamado Hasedera.

Sofía de la Hoz Bello 3ºA
No hay comentarios:
Publicar un comentario